Acerca De Ailedd Menduet
“No escribo solo para contar historias, sino para darles significado. La belleza, la moda y el entretenimiento son solo el inicio; lo importante es cómo transforman la manera en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo.”
Hay periodistas que informan, otros que analizan, y luego están los que moldean la conversación. Ailedd Menduet pertenece a esta última categoría. Su visión va más allá de la noticia; su pluma disecciona el presente, captura la esencia de una industria en constante metamorfosis y la transforma en narrativa.
Como editora de Panorama en El Heraldo de México, ha convertido su trinchera en un espacio donde la moda, la belleza, el entretenimiento y la cultura convergen con un propósito: contar historias que importan. Para ella, la estética no es superficialidad, sino identidad; la industria del espectáculo no es mero entretenimiento, sino un reflejo del zeitgeist; la moda no es solo tendencia, sino un termómetro de cambio social.
Desde el auge de nuevas figuras en la música y el cine hasta la redefinición de los estándares de belleza en la industria, Ailedd no solo observa la evolución, la documenta con la agudeza de quien entiende que cada cambio es un punto de inflexión en la cultura contemporánea. Su talento radica en leer entre líneas, en captar lo que no se dice, en dar profundidad a lo que otros relegan a la superficie.
Si el periodismo de moda, belleza y entretenimiento alguna vez fue tratado como algo frívolo, Ailedd lo ha elevado al nivel de crónica cultural. Su trabajo no es una pasarela de tendencias pasajeras, sino un archivo vivo de cómo la industria y la sociedad se transforman mutuamente. Ella no solo escribe sobre el cambio; lo anticipa.
¿Cómo ha cambiado tu percepción de la belleza desde que asumiste un rol de liderazgo, y de qué manera esta evolución ha influido en tus decisiones profesionales?
Comunicar belleza con responsabilidad es entender su impacto en la vida real. No es un ideal inalcanzable, es una experiencia humana.
E sido testigo de la transición de la belleza como un estándar impuesto a una manifestación individual. Hoy más que nunca, entiendo el poder que tiene la representación. Mi objetivo es abrir espacios donde las mujeres se reconozcan sin miedo a no encajar en una estructura que nunca fue diseñada para abrazarlas realmente.
¿Qué estrategias utilizas para equilibrar las presiones externas sobre la apariencia con tus valores personales de belleza y autenticidad?
La comparación es el arma más peligrosa contra nuestra autoestima. He aprendido a mirarme sin juicio, a agradecer lo que mi cuerpo hace por mí, a no reducir mi valía a un reflejo.
Siempre ha sido más fácil ver la belleza en otros que en mí. Aprender a hablarme con la misma amabilidad que ofrezco a los demás ha sido un desafío constante, pero innegociable.
¿Cómo utilizas tu influencia para redefinir la belleza de manera que potencie a las personas y fomente una representación auténtica?
No quiero que nadie crezca sintiendo que no es suficiente. Cada historia que comparto es un espejo donde alguien más puede reconocerse y encontrar fuerza.
¿Qué desafíos has enfrentado al intentar cambiar la narrativa de la belleza en tu entorno, ya sea personal o profesional, y cuáles fueron las claves para superarlos?
Es fácil ver la belleza en otros, pero ¿y en nosotros? He sido mi crítica más feroz, pero también mi proyecto más importante.
En la esfera profesional, mi misión ha sido claro: hacer de la autenticidad un compromiso permanente, no una tendencia efímera. En un entorno donde lo “inclusivo” se ha convertido en una estrategia de marketing, rehúso que mi trabajo sea parte de una ola pasajera.
¿Cómo crees que están evolucionando los estándares de belleza, y qué papel deberían desempeñar los medios en su formación?
Hemos avanzado, pero todavía hay una brecha entre la representación y la realidad. La industria debe dejar de usar la diversidad como estrategia y convertirla en su esencia. La moda y la belleza no pueden seguir siendo clubes exclusivos.
¿Cuál es ese pequeño gesto de tu rutina de belleza que guarda un significado especial en tu vida, quizás un recuerdo o una enseñanza, y cómo te ayuda a reconectar con quién eres en lo más profundo?
El aroma es un pasaporte al recuerdo. Mi madre me enseñó que el olor es identidad. Cada fragancia que elijo es una declaración de quién soy y cómo quiero habitar el mundo. Porque la belleza no es solo lo que se ve, es lo que se siente, lo que recuerda, lo que deja huella.